jueves, 6 de mayo de 2010

APRENDER POR REFUERZO VS. APRENDER A APRENDER

Aprender/enseñar por refuerzo:

El objetivo del aprendizaje por refuerzo es usar el premio-castigo para aprender una función, la cual permitirá tomar decisiones en el futuro de qué acción tomar a partir de una percepción del entorno( así el alumno aprende no por su propia motivación o por su interés por saber más sino por conseguir un refuerzo por lo que es una acción que depende de la otra( estudio a condición de que se refuerce la actividad).

La función de agente utiliza la información contenida en él para realizar la toma de decisiones. Existen, sin embargo, otros formalismos para aprender, mediante refuerzo, qué acción realizar en cada caso, como por ejemplo las Redes Neuronales.

Este método de aprendizaje surge de una rama de estudios de psicología experimental, que pueden remontarse a las experiencias de Pavlov con el refuerzo condicionado, y por otro lado es heredero de los métodos de control óptimo que se originan a partir de los trabajos de Bellman.

El aprendizaje por refuerzo es el problema de conseguir que un agente actúe en un entorno de manera que aumente la recompensa que obtiene por sus acciones. Este tipo de aprendizaje se encuadra en los denominados Aprendizaje supervisado.

La señal de refuerzo puede ser inmediata o retardada. Inmediata es cuando se obtiene una crítica para cada acción efectuada justo después de su realización. La información aportada por el refuerzo en este caso es local a cada acción tomada. Por el contrario, en el caso del refuerzo retardado se dará cuando éste no se obtiene inmediatamente después de la realización de cada acción, sino al completar la secuencia de acciones empleadas para resolver el problema. En este caso, el refuerzo obtenido es una estimación global del comportamiento.


Una condición para poder aplicar el aprendizaje por refuerzo es que éste sea moldeable mediante cadenas de Markov: la acción a escoger en una situación dada depende únicamente de esta situación y no del camino que se ha realizado para llegar a ella. Como dijimos anteriormente, el objetivo del aprendizaje por refuerzo es la utilización de las recompensas para la obtención de una función de agente. Por tanto, nuestro agente será una función que, recibiendo como entrada una percepción del entorno, devolverá la acción siguiente a realizar.

Las aplicaciones del Aprendizaje por Refuerzo son múltiples, desde robots móviles que aprenden a salir de un laberinto, programas de ajedrez que aprenden cuáles son las mejores secuencias de movimientos para ganar un juego o un brazo robótico que aprende cómo mover las articulaciones para lograr el movimiento final deseado.


Aprender a aprender:



La Comisión Europea define esta competencia como “la capacidad para proseguir y persistir en el aprendizaje, organizar el propio aprendizaje, lo que conlleva realizar un control eficaz del tiempo y la información, individual y grupalmente. Esta competencia incluye la conciencia de las necesidades y procesos del propio aprendizaje, la identificación de las oportunidades disponibles, la habilidad para superar los obstáculos con el fin de aprender con éxito. Incluye obtener, procesar y asimilar nuevos conocimientos y habilidades así como la búsqueda y utilización de una guía.


Aprender a aprender: Se trata de alumnos autónomos , responsables , que se automotivan y confían en sí mismos y en sus propias capacidades por tanto construyen su conocimiento a partir de sus aprendizajes y experiencias vitales anteriores con el fin reutilizar y aplicar el conocimiento y las habilidades en una variedad de contextos: en casa, en el trabajo, en la educación y la instrucción.


En la competencia de la persona son cruciales la motivación y la confianza.”

La competencia de Aprender a aprender, como todas las demás, por otra parte, implica desarrollar aspectos tanto cognitivos como emocionales. Supone adquirir determinadas competencias metacognitivas, es decir, capacidades que permiten al estudiante conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje, pero de nada sirve conocerse como aprendiz si lo que “vemos” al analizarnos nos desagrada y nos lleva, por tanto, a considerarnos poco capaces.

Enseñar a aprender a aprender puede y debe hacerse desde la Educación Infantil. El énfasis en las características conscientes del proceso de aprender a aprender ha podido llevar a la idea de que esta disposición sólo puede recomendarse y conseguirse a partir de determinado momento en el desarrollo. Sin embargo, esta suposición es errónea. Los niños de preescolar van de hecho desarrollando sus capacidades de toma de conciencia de sus procesos mentales y de los de los demás. Por ejemplo, en sus juegos los niños pasan de jugar solos a incorporar a otros compañeros, con la necesidad que conlleva de adaptar la propia conducta a la de los otros a través no sólo de la observación de las acciones externas sino de inferencias sobre sus intenciones o deseos. Avanzan también en su capacidad de consolar o fastidiar a sus iguales, y de la misma manera van apareciendo las capacidades metalingüísticas. Además, el juego simbólico, las conversaciones con adultos y compañeros aumentan la capacidad de adoptar el papel del otro.

No se puede enseñar a aprender a aprender al margen de los contenidos de las áreas del curriculum. Aprender a aprender necesita de cada área para su desarrollo. Por tanto, no defendemos la introducción de programas generales sobre razonar, observar o recordar.

Finalmente, para ayudar a los alumnos a aprender a aprender es preciso que los docentes evaluemos de acuerdo a los principios de la evaluación formadora. Se trata de evaluar de tal manera que el proceso, además de servir al profesor para regular la enseñanza, le permita al alumno autorregular su aprendizaje. Para ello, el estudiante debe ser capaz de identificar cuándo aprende y cuándo no y sobre todo qué de lo que hace es lo que le ayuda a aprender. La autoevaluación y la coevaluación son procedimientos útiles para poner en marcha la evaluación formadora. Aprender a evaluarse a uno mismo no es fácil y necesita ejercitarse para llegar a formar parte del repertorio de capacidades consolidadas del alumno. Por ello, es importante que sea una práctica que se utilice desde los primeros años de la escolaridad aunque vaya modificándose a lo largo de las etapas.

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